El Banco Central comenzó a vender reservas luego de la devaluación post-PASO con el fin de contener el valor del dólar. Además, a fines de agosto, al anunciar el reperfilamiento de las Letras de corto plazo, el oficialismo le dio vía libre a la autoridad monetaria para disponer de las divisas necesarias, con el fin de preservar la estabilidad cambiaria de cara a las elecciones, en medio de una mayor incertidumbre. Luego, para contener la dolarización de las carteras, el BCRA anunció una serie de restricciones en el mercado de cambios, que permitió reducir el ritmo de salida de los depósitos en dólares.
Desde las PASO, las reservas internacionales han registrado una caída de u$s20.168 millones hasta los u$s46.141 millones. Esta sangría se explica principalmente por la salida de los depósitos en dólares de los bancos y por pagos de deuda del sector público, sumado a las intervenciones del organismo en el mercado cambiario. Por su parte, las reservas netas se encuentran en u$s11.200 millones, aproximadamente, de acuerdo con cálculos privados, y mantienen el sendero bajista. De cara a los próximos meses, lo más probable es que esta tendencia continúe, principalmente porque el Gobierno deberá atender vencimientos de deuda en torno a los u$s4.500 millones.
Por su parte, Juan Ignacio Paolicchi, economista de Eco Go, manifestó que la caída de reservas también se está viendo explicada por una “mayor demanda de efectivo de los bancos. La liquidez de las entidades financieras de los últimos días cayó fuerte porque se tuvo que hacer frente a la salida de los depósitos con dólares en efectivo”. Sostuvo que “a medida que se acercan las elecciones, la demanda por cobertura empieza a subir, lo que justifica el salto en el tipo de cambio; pero, además, hay gente que está aprovechando para hacer el puré, que implica comprar dólar oficial y vender al valor del blue, aprovechando la brecha, sumado a algún temor a lo que pueda llegar a suceder con el próximo gobierno, que incentive a dejar los dólares en el colchón y no en los bancos”.
Lo cierto es que hoy prevalece la incertidumbre con respecto a lo que va a ocurrir con el dólar a partir del 28-O. Los analistas ya descuentan una victoria para la fórmula Fernández-Fernández, pero al mismo tiempo se espera que aumenten los controles cambiarios antes del 10 de diciembre. Este nuevo parche podría funcionar para traer una mayor estabilidad, de cara al cambio de gobierno, pero no resuelve los problemas de fondo, ya que Argentina, además de renegociar los vencimientos de deuda para los próximos años, debe resolver cómo generar las divisas necesarias para cumplir con sus compromisos.
Fuente: ambito