Los bonos soberanos argentinos anotan una suba de casi un 100% en lo que va del año (+94% YTD, por sus siglas en inglés). Y es que la proyección para la deuda argentina es más que positiva, pero, en la city, ya se comenta el desarme de posiciones en globales y bonares para buscar rendimientos atractivos en otros instrumentos, con sustento en la normalización de ciertas variables, por lo que la pregunta que surge es si llegó la hora de rotar carteras.
Sucede que este comportamiento excepcional de los bonos se dio en un contexto de inestabilidad, pero no debería ser la norma en un mercado más estable. Con un riesgo país que ronda los 700 puntos básicos (p.b.), se evidencia una normalización en los rendimientos y una reducción en la volatilidad de los títulos de deuda soberana. En términos simples, esto implica retornos más bajos a futuro.
Así, y a diferencia de otros bonos emergentes, la deuda argentina mantiene un desempeño sólido gracias a sus buenos fundamentos locales, como el superávit en cuenta corriente y fiscal. Además, la recalificación de Fitch Ratings, que pasó de CC a CCC, refuerza la confianza en los bonos, con espacio para nuevas subas desde una perspectiva macroeconómica.
“Los drivers a seguir incluyen compras de reservas, sostenibilidad de los superávits financieros y un repunte en actividad y salarios, consolidando un panorama positivo para el gobierno de cara a las elecciones del próximo año”, señalan desde el Grupo Invertir en Bolsa (IEB).
Bonos en dólares: qué analiza la city
La curva de globales se encuentra plana, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) de 10%, debido a las mejoras en las perspectivas de repago para el próximo año, como bien señala IEB. “Si vamos hacia una curva flat (plana) en 9%, lo que implicaría un riesgo país de 500 p.b., si se toma en cuenta el rendimiento actual del treasury (bonos del Tesoro de EEUU) a 10 años, a la deuda le queda upside”, explican.
En ese contexto, Juan Pedro Mazza, estratega de Cohen, dice en diálogo con Ámbito que, con el riesgo país argentino cerca de los 700 p.b., la deuda soberana parece acercarse a su techo natural. Y es que, por un lado, este nivel está muy cerca de los 600 p.b. que promedió durante el macrismo, cuando no había cepo cambiario y las reservas netas eran positivas. “Por otro lado, estos valores son similares a los de otras economías emergentes comparables, como Pakistán (690 p.b.), Angola (664 p.b.) o Nigeria (550 p.b.)”.
Y agrega que, si bien desde la firma que representa mantienen una visión optimista sobre la deuda argentina, “no podemos ignorar que los niveles actuales son sumamente atractivos para tomar ganancias”. En este contexto, Mazza prefiere optar por instrumentos dolarizados con baja correlación al riesgo soberano, como Obligaciones Negociables (ONs) o Cedears.
Fuente: Grupo IEB.
Segundo Derdoy, Research Analyst de Inviu, matiza con Mazza e indica que, si bien mantiene una visión constructiva a mediano y largo plazo sobre los bonares y globales, y considera que aún podrían tener espacio para extender la suba. No cree que tomar “algo de ganancia sea malo”, en particular “para aquellos inversores que aprovecharon la mayoría de la suba registrada hasta el momento”.
Y es que como bien analiza, en las últimas semanas, se observó una toma de ganancias, con un enfoque particular en activos dolarizados de menor riesgo, como los Bopreales y Obligaciones Negociables, en un esfuerzo por reducir la exposición a riesgos y volatilidad dentro de las carteras. En este contexto, a Derdoy le resultan atractivos los Bopreales BPY26 y BPC7D, “que actualmente ofrecen rendimientos de 8,24% y 11,10%, respectivamente”.
La historia de defaults y la tentación de vender
Alejandro Bianchi, fundador de Asesordeinversiones.com, tiene otra mirada sobre rotar hacia otros activos o tomar ganancias en este momento. Dice que la compleja historia de defaults de Argentina lleva a pensar que, después de un gran rally como el reciente, podría ser el momento de tomar ganancias.
Sin embargo, sostiene que, al analizar los fundamentos, «cabe cuestionarse en qué parte del mundo se encuentra un bono en dólares respaldado por un gobierno con voluntad de pago, que sigue políticas económicas acertadas, tiene superávit fiscal, y cuya economía proyecta crecer un 5% según el FMI o un 8,5% según J.P. Morgan”.
El analista agrega que, el endeudamiento con relación al Producto Bruto Interno (PBI) es del 91%, con expectativas de bajar al 60% en el futuro. El gasto público, que pasó de representar el 42,5% del PBI al 32%, ya es menor que el promedio de los países emergentes (32,65%). “Todo esto, sumado a TIRes del 15% en bonos cortos, cuyo precio se recupera a través de cupones y amortizaciones dentro del mandato de la actual administración, hace difícil justificar la venta. Al pensar en estos argumentos, las ganas de vender se desvanecen”, concluye.
Bonos: la estrategia a seguir
Dicho lo anterior, los analistas se encuentran divididos sobre qué hacer con la deuda soberana en estos momentos. Lo que sí hay que entender es que ese fenómeno en el que se negociaron bonos como si fuesen activos de renta variable está por llegar a su fin. Una característica de un mercado más estable.
Por último, la economista Débora Mollon, recuerda que, si bien tener el riesgo país en estos niveles es una buena señal tanto para el país como para el mercado, no se debe perder de vista el horizonte temporal de la inversión y el nivel de riesgo que cada uno está dispuesto a asumir. “Algunos inversores prefieren evitar la constante rotación entre activos y valoran simplemente un mercado más estable”, dice.
Fuente: 1816.
Recuerda que, en los últimos meses, los bonos globales y bonares mostraron un desempeño destacado, lo que podría llevar a quienes ingresaron solo para aprovechar esa suba a buscar nuevos horizontes. A Mollon, en particular, le gustan los Bopreales. Y, “en cuanto a los bonos CER, que son una alternativa atractiva para colocar pesos” le gusta el tramo medio de la curva, que luce como el más prometedor.
Por último, desde IEB, ratifican el valor en el tramo largo de la curva soberana, particularmente en el Global 2035 (GD35), que -si todo sale bien- permitirá capturar un mayor potencial de apreciación en comparación con los de menor duración. Y, para quienes buscan alternativas más conservadoras, recomienda los Bopreales serie 1, que ofrecen la opción de ser utilizados para el pago de impuestos. Estos incluyen las series 1A, 1B y 1C, que presentan rendimientos atractivos, en línea con lo planteado por Mollon.
fuente: ambito